Gastados

La gente empieza a mirarla, es la tercera vuelta que da a la plaza, despacio, pero aún así, el hombre apoyado en la columna, los señores mayores que pasean, la chica que espera a alguien en la cafetería.
Otra vuelta será demasiado, hay un Claire's en una esquina, por qué no entrar. Y una vez fuera otra vez, de nuevo a recorrer la plaza, pasando por el centro, dejando a un lado el inmenso monumento de piedra, sobre el que una paloma juguetona camina a su compás.
Una persiana comienza a subirse, y aparece el responsable entre cajas y cajas, y un paseante, o quizás un esperante como ella se acerca:
"¿Perdona, a qué hora abre?"
"A las cinco"
Y ni siquiera son las 4 y media.
Ha quedado a las 5 y media y andando hay unos tres cuartos... no, tendrá que coger el tram, pero sólo llega hasta el parque, tendría que hacer un trozo a pie. Suma: diez minutos andando y cinco de esperar a que llegue, otros diez de camino, mmm...
Entra en otra tienda, a ojear, a pasar el rato, y la dependienta debe olérselo, porque desaparece. Sale y se niega a pasar por delante del Claire's, bordea la manzana por la paralela, está en obras, cortada, no tiene más remedio que volver sobre sus pasos, y sigue, y hay otra tienda, entra y sale, "¿te ayudo en algo?" "No, sólo miraba". Y coge otra paralela más, y sube, ojea, camina sin rumbo, o con un rumbo fijo que no abrirá hasta las cinco.
Un carrillón anuncia menos cuarto, aún puede ir despacito, está a menos de dos minutos, llega a otra plaza, con música, con un teatro y un chelo a la entrada, y las bicis, mira la hora y siente un amago de remordimiento, no puede irse con las manos vacías, pero aún tiene que elegir, así que lo más seguro es que llegue tarde, otra vez.
Vuelve a la plaza del principio, la florista de enfrente ha abierto, algunas persianas han subido un palmo desde la última vez. Una mujer se acerca mirando la BlackBerry, para, acciona la llave, y antes de que pueda verse algo más que el brillante contrachapado la quita.
Aparece otra mujer, pelo corto y una peca en la mejilla, es ella, la que esperaba, quien en un mal intento de publicidad le dio un ultimátum, sólo un par de minutos más.
Las persianas empiezan a elevarse, dejando ver aquella maravilla hecha de libros viejos que sólo una feria puede tener, ¿y su esperada? baja la suya, quita la llave, y marcha calle abajo en busca de quién sabe qué.
Las cinco y cinco, algo habrá que hacer, si das un ultimátum no puedes
desaparecer. Va hacia su izquierda, no tiene tiempo, pero ahora aún le costará más elegir, la última de esas joyas que va a acompañarla, tiene que ser filosofía, pero qué. "Filosofía" o "filosofía política", empieza a leer autores en lomos gastados, nada, nada, igual pero, nada, y coge uno, ojea, tantea, y si luego... tiene que decidir ya.
"Me llevo este"
"Nietzsche, ¿pero por qué quieres torturarte así?"
Una carcajada juguetona se le escapa, casi un suspiro divertido.
"Nah, no te preocupes, te gustará"
"Eso espero"
"Sí, Nietzsche siempre sorprende"
Y ante la mirada de aquel señor de tímida barba blanca y gafas redondas se va de la plaza que tanto rato la ha visto esperar. Las cinco y diez, no va a llegar, o sí, vuelve al teatro, coge una bici, mierda, la rueda de delante no gira, otra, ésta va, un salto y a pedalear, semáforos, gente esquivada, pedalear, una calle de único sentido, la ancha avenida del parque, el tram que se escapa en sus narices, pedalear más fuerte, calles anchas, ciclistas en sentido contrario, y ya. Aparca, y veinticinco, nota el escarlata golpeando en sus mejillas pero lo ha hecho.
"Así es mi vida, siempre corriendo"

Esto es lo que queda de los 20 euros con los que tenía
que pasar la semana: cuatro compañeros de viaje, un triste
y solitario céntimo, y un pequeño reloj que servirá para recordar
el tiempo de estudio perdido por culpa de este feo vicio que es leer.

3 comentarios:

SubHatun dijo...

Esos 20 euros son una minucia para comprar todo el talento y sabiduría que encierran esos libros que te darán horas de emocionante lectura, y que te durarán toda la vida...

Anónimo dijo...

Te durarán toda la vida según y como...Yo tenía muchos amigos y muchos libros y ahora pues...tengo menos ¡cabrones!

No corras Kel.

(Oye, has comprado fenomenal, eh ?: cuatro libros 20 Euros...)

Beso

Kelna dijo...

Sub, yo no he dicho que sea una mala inversión, de hecho, yo soy de las que hubiese comprado los puestos por pares, pero claro, también soy estudiante con la economía que eso conlleva xD

Alma, para ser justos, cuatro libros 13 euros, los otros 7 se fueron en mi precioso colgante-reloj, y en el fondo me duelen más porque sé que no me dará tanto. En cuanto a lo de correr, yo siempre corro porque siempre llego tarde, es un don de nacimiento. Para que yo no corriese lo ideal sería días de 25 horas, y aún así igual lo intentaba para poder hacer más cosas :D

Publicar un comentario

Entrada más reciente Entrada antigua Inicio

Lee y descúbrelo ;)

(puedes empezar aquí)

    Mis fans nº1


Recent Comments